Cuarenta leguas de cristal
un mar antiguo
cifrado por milenios de alambique
refulge el salitral
el relicario
sin sombra
sin un río
puberal -
ni promesa ni descuido.
Aquí la única palabra es el viento.
Y cuando el viento proclama un jubileo
de lluvia
es sólo un día:
víspera del barranco
del derrumbe
que hace aflorar un dinosaurio en ancas
y el cielo se lo monta.
1996 - 2007
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